Fundadores de Panadería La Arena
Panadería La Arena S.A.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Visión y Misión
VISIÓN:
Que nuestros clientes, amigos y visitantes degusten de nuestros productos de calidad, en un ambiente agradable e interiorano donde puedan disfrutar de nuestras costumbres y tradiciones.
MISION:
Proveer productos elaborados artesanalmente con la mejor materia prima igual que antaño sin perder la esencia y el sabor que siempre nos ha caracterizado.
El pan que Dios mejoró
"Loyda de Marquínez, una de las nietas de doña Eudocia Santana,
aún continúa elaborando el rico “pan de La Arena".
Nadie puede negarlo. Dios tuvo algo que ver con el famoso “pan de La Arena”. Corría el año de 1948 cuando Eudocia de Santana empezaba a vender pan en la sala de su modesta residencia, ubicada a orillas de la Carretera Nacional, en el poblado de La Arena de Chitré, en la provincia de Herrera.
En ese tiempo, en casi todas las casas de quincha de ese pintoresco pueblo, los areneros se dedicaban a hacer pan, por lo que doña Eudocia pidió a Dios que le permitiera elaborar una fórmula para tener un mejor rendimiento y que la masa tuviera un sabor sin igual.
Fervorosa creyente, una noche mientras dormía soñó que el buen Dios le concedía su petición.
Al despertar, recordó la fórmula que le había sido revelada, naciendo así, gracias a aquel toque divino, el famoso “pan de La Arena”.
Desde ese instante, las rosquitas de pan que hacía doña Eudocia empezaron a tener un sabor especial que fue del agrado de los lugareños que religiosamente compraban pan en la casa de los Santana.
Años más tarde, por una de esas malas pasadas que nos juega el destino, un día gris el sol dejó de brillar en el hogar de la familia Santana. Doña Eudocia, aquella noble matrona arenera que junto a Eleodoro Santana había procreado seis hijos, fallecía en su pueblo natal.
Aunque no amasó fortuna alguna, de herencia les legó a sus hijos el amor por el trabajo, el respeto a los demás, y la fórmula para hacer el delicioso pan.
Fórmula en mano, los vástagos de doña Eudocia prosiguieron con el negocio que con base en el esfuerzo y el sacrificio había levantado su madre. Actualmente, el pan que elaboran ha calado con mayor intensidad en el gusto de propios y extraños.
Tan así es, que hoy día la antigua casa de doña Eudocia, conocida como la Panadería La Arena, ubicada frente a la escuela John F. Kennedy, es sitio obligado en donde hay que detenerse para saborear las deliciosas rosquitas de pan, junto a una exquisita chicha de durazno o de naranja miel.
Para júbilo de los panameños, la versatilidad de la familia Santana nos permite degustar el “pan de La Arena” en la ciudad de Santiago de Veraguas, y en David y Concepción, en la provincia de Chiriquí, así como en la ciudad de Natá de Los Caballeros, en Arraiján, y en distintos lugares de la capital.
Loyda de Marquínez, una de las nietas de doña Eudocia, atiende hoy junto a sus familiares la Panadería La Arena, mientras que sus primos trabajan en las panaderías ubicadas en distintos puntos del país.
Loyda nos habló con deleite de su abuela. Mientras hablaba, las anécdotas brotaban de sus labios, enmarcadas siempre en ese amor filial que ni las telarañas que envuelven el paso del tiempo logran dejar en el olvido.
Respecto a la elaboración del pan, explicó que mucha gente dice que el “toque mágico” se lo da el asado en horno y la forma rústica en que se hace, pues la maquinaria que se utiliza para su fabricación es escasa.
“Continuamos haciendo el pan de forma rústica, aunque con los años hemos ido superándonos”, comenta Loyda.
Con su característico tono optimista, agrega que actualmente 14 trabajadores permanentes laboran en la empresa, así como algunos empleados eventuales que contratan para los días de mayor movimiento comercial.
En cuanto a la “fórmula divina”, Loyda manifiesta que la misma también ha sido dada a conocer a los más jóvenes de la familia de doña Eudocia, quienes desde ya hacen sus primeros pininos en el arte de darle forma a las deliciosas rosquitas de pan.
Por eso, cuando viaje al interior del país, por favor no olvide detenerse a comprar el rico pan de La Arena de Chitré. ¡Uhhhh, delicioso!
http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2002/09/22/hoy/negocios/714376.html
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